Trump presiona a la Fed para que frene al alza de tipos

Trump presiona a la Fed para que frene al alza de tipos

En una entrevista concedida a la CNBC Trump manifestó su disgusto con las intenciones de la institución de subir los tipos de interés (actualmente en el 1,75% y 2%) dos veces más este año, hasta un total de cuatro. «No estoy asustado», afirmó. «Aunque no me gusta», sentenció. No obstante, el presidente de la primera economía del mundo reconoció que un entorno de crecimiento es de esperar que la Fed proceda a elevar los tipos, maniobra que le incomoda. «A pesar de esto, les dejo que procedan», añadió.

Estas declaraciones, que suponen una interferencia directa en la labor del banco central, pasaron de puntilla sobre el mercado. No obstante, son interpretadas como una presión a Powell para que detenga el alza de tipos. Estas afirmaciones solo se entenderían desde el punto de vista del dólar, que desde los mínimos del año avanza un 6,75% en su cruce frente al euro.

Las contradicciones y Trump van de la mano. Durante la campaña presidencial una de las constantes de su discurso eran las críticas directas a la expresidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, a la que acusaba de mantener de manera artificial los tipos de interés en zona de mínimos. En concreto, el entonces candidato a la Casa Blanca afirmaba que Yellen debería estar «avergonzada» por actuar de manera «política» para proteger los intereses de Barack Obama y «crear una burbuja financiera». «Me gustan los tipos de interés altos y un dólar fuerte», ese era el lema repetido por activa y por pasiva por el candidato republicano.

Unos meses después la realidad parece otra. la intervención de Trump contradice la idea defendida por los banqueros centrales que han abogado durante año por mantener a salvo la independencia. El objetivo es poder tomar decisiones impopulares pensando en el interés de la economía, aunque esto supusiera elevar los tipos para frenar el crecimiento.

En 1993, coincidiendo con el mandato de Bill Clinton, se comenzó a aplicar una norma dentro de la casa Blanca que consistía en no criticar públicamente las decisiones adoptadas por la Fed. Esa regla se ha mantenido en gran parte bajo las Administraciones de George W. Bush, Barack Obama.