Alerta ante la salida de capitales fuera de Europa por los tipos negativos

Alerta ante la salida de capitales fuera de Europa por los tipos negativos

El impacto de los tipos negativos en la zona euro es uno de los temas que el BCE está estudiando en detalle. No solo ante la queja permanente de la banca por su efecto sobre la rentabilidad del sector sino por el hecho de que, después de un período prolongado de tipos bajo cero, la institución monetaria sigue sin cumplir su objetivo y ha tenido incluso que recurrir a estímulos adicionales.

El debate sobre la efectividad de los tipos negativos está sobre la mesa, según revelan las actas de la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE, celebrada el pasado 12 de diciembre, y la primera presidida por Christine Lagarde. El texto recoge que algunos miembros de ese consejo mostraron la necesidad de estar atentos a los posibles efectos colaterales de la actual política monetaria. Apuntaron a que la elevada liquidez creada por el BCE debe vigilarse atentamente por su impacto en la intermediación bancaria y en activos como la renta variable y el sector inmobiliario. Y advirtieron también de la «salida de capitales fuera de Europa en búsqueda de rentabilidad».

De hecho, los tipos cero y negativos han desplazado la inversión hacia activos con más remuneración y también mayores dosis de riesgo y fuera de Europa, según reconoce en propio BCE. Además, las actas aluden también al impacto de los tipos negativos en los hogares por su efecto sobre el ahorro más conservador, lo que requiere «una estrecha vigilancia».

En todo caso, el Consejo de Gobierno del BCE mostró su confianza en que la actual política de tipos no ha llegado al denominado reversal rate, el punto por el que los bajos tipos de interés provocan el efecto contrario al deseado. Como aspectos positivos de los tipos negativos, las actas del BCE también reflejan el acuerdo en que las condiciones de financiación han continuado mejorando, elevando los volúmenes de crédito y rebajando los intereses para empresas y particulares, en apoyo al consumo y la inversión.

Además, a pesar de que los tipos negativos dañan el margen de intereses de la banca, su efecto global en la rentabilidad del sector es positivo. Tal efecto se resume en las menores provisiones por impago y a la mejora económica que ha propiciado la política monetaria, según defiende el BCE.

Las actas también destacan que el paquete de medidas acordado en septiembre «han sido efectivas y están llegando a la economía», aunque hace falta más tiempo para desplegar todos sus efectos. De hecho, las actas reconocen que las medidas de septiembre aún no han tenido un efecto positivo sobre las expectativas de inflación para la zona euro en el largo plazo, que «continúan en niveles históricamente bajos y claramente por debajo del objetivo del BCE».