El Banco Central Europeo (BCE) acelerará este año la normalización de su política monetaria. En 2018, el organismo reduce el ritmo de su programa de compras de deuda hasta los 30.000 millones de euros mensuales desde los 60.000 millones que compraba en 2017. El proceso será gradual, pero la era de los grandes estímulos toca poco a poco a su fin.
Pese a todo, el año en curso no será restrictivo en lo que a las condiciones de financiación se refiere, al menos la parte que está en manos de la autoridad monetaria. En conjunto, y tomando como referencia el escenario vaticinado por el consenso de analistas, el BCE comprará 461.173 millones de euros en deuda pública y corporativa europea.
“Salvo que la economía sorprenda positivamente y la inflación repunte, el programa de compras mantendrá el ritmo de 30.000 millones de euros al mes hasta septiembre, como está anunciado, para luego rebajar el paso a 15.000 millones hasta diciembre y a cero en enero de 2019”, explican fuentes del mercado.
Sólo esta vía supondría añadir al mercado 315.000 millones de euros en compras de bonos europeos, un 68% del total. El resto, correrá a cargo de las reinversiones.
Cuando el BCE añade deuda a su cartera, debe reponerla en caso de que se amortice anticipadamente o llegue a su madurez. “En los próximos meses el balance del banco central irá siendo cada vez más importante como herramienta de política monetaria, incluso más que los flujos de deuda que se vayan adquiriendo”, señaló en octubre Mario Draghi en Fráncfort.