Durante el encuentro ‘Desafíos del sector de automoción’, organizado en Bilbao por el clúster de automoción de Euskadi (ACICAE) y Expansión y celebrado en el Automotive Intelligence Center (AIC) de Amorebieta (Vizcaya), el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, advirtió de que “hay otros países que quieren el tesoro” de las fábricas españolas, en un momento en el que la política industrial del Gobierno sufre una “parálisis” por “la aritmética parlamentaria y el procés catalán”. “Nos encontramos en una industria global” en la que “Francia ha vuelto” y China “gana ventaja” en la fabricación de eléctricos y baterías, indicó.
Armero realizó estos comentarios en un coloquio con el presidente de Ford en España, Jesús Alonso, y con altos ejecutivos de la industria de componentes de automoción, entre ellos el presidente de Gestamp, Francisco J. Riberas, y la vicepresidenta de Grupo Antolin, María Helena Antolín.
El sector español, que está completando un ciclo inversor de 8.000 millones de euros, necesita ahora una “concienciación de las administraciones públicas” para mantener su competitividad, dijo el directivo de Anfac. Armero recordó la fortaleza de la industria, pero advirtió de que otros países como Reino Unido han puesto en marcha políticas “decididas” de apoyo a la automoción. Euskadi es un ejemplo de la colaboración público-privada que Anfac reclama, indicó.
El presidente de Ford España, Jesús Alonso, destacó los grandes retos que se presentan ante el sector de la automoción. Su compañía, que ha garantizado la producción del Kuga en España y acaba de cerrar un acuerdo con los sindicatos, ha elevado de 4.000 millones a 11.000 millones su previsión de inversión para el desarrollo de vehículos eléctricos. “Esto va a una velocidad impresionante” y “ya tenemos previsto electrificar 40 vehículos en cuatro años”, afirmó.
Para el directivo de Ford resulta clave “cuidar la industria”, y para ello es necesaria la estabilidad no solo en el entorno de negocio, sino también a nivel político. A las administraciones les reclamó “un cambio de fiscalidad en el uso de los vehículos que penalice al coche antiguo”. También pidió un impulso decidido por la logística y el desarrollo del corredor mediterráneo.