La conciliación, el gran freno en la carrera de las abogadas

La conciliación, el gran freno en la carrera de las abogadas

El ejercicio de abogacía, como el de otras muchas profesiones, exige estar siempre disponible para el cliente, algo difícil de compatibilizar con la vida personal. Por este motivo, el primer gran escollo para lograr una igualdad efectiva entre hombres y mujeres es la conciliación de la vida profesional con la personal.

De hecho, la encuesta sobre Igualdad de Género en la Abogacía y en la Justicia presentada el pasado mes de diciembre por el Consejo General de la Abogacía Española, puso de manifiesto que para el 57% de las abogadas el llamado techo de cristal es una realidad evidente en la profesión. Es decir, que, por lo general, que sean las mujeres quienes asuman tareas como el cuidado de los hijos u otros familiares dependientes, les deja en peor situación para ascender en la profesión frente a sus compañeros.

Esta encuesta arrojaba otros resultados bastante desalentadores para las abogadas españolas, como que el 85% de ellas considera que los hombres encuentran menos dificultades para acceder a puestos de responsabilidad en los bufetes. Sin embargo, parece que ése no es el sentir de las seis socias directoras de grandes despachos a las que Cinco Días ha preguntado sobre su propia experiencia en igualdad. Eso sí, reconocen que aún queda camino por hacer para acabar con los perjuicios sociales heredados del pasado.

Mercedes Fernández, socia directora de la oficina de Madrid de Jones Day, destaca que, aunque la conciliación tanto para hombres como para mujeres puede llegar a ser prácticamente imposible en esta profesión, en el caso de las mujeres “solemos ser más exigentes con nosotras mismas y queremos abarcar más ámbitos y cubrir altas expectativas en todos ellos: nuestra profesión, la familia, el círculo de amistades, etc.”.

Por su parte, Rosa Vidal, socia directora de Broseta, considera que el problema radica en que la sociedad continúa imponiendo diferencias entre sexos y, por ese motivo, “las mujeres continuamos autolimitándonos en el terreno profesional”. Montserrat Llopart, socia directora de la oficina de Barcelona de Baker McKenzie también opina que, aunque la asunción de cargos directivos exige sacrificios a hombres y mujeres por igual, “a diferencia de otros países de nuestro entorno, en España no siempre ambos sexos se han comprometido de la misma manera para favorecer la conciliación”.

En este punto, Isabel Dutilh, socia directora de Argali Abogados, exige un cambio educacional al respecto. “Cuando la responsabilidad en el cuidado de la familia en general sea compartida al 50% se habrá avanzado de verdad”, declara. A lo que añade “no queremos que los hombres nos ayuden, queremos que se ayuden a sí mismos”. Por todo ello, Sonia Gumpert, socia directora de Monereo Meyer Marinel-lo Abogados, asume que es muy probable que las medidas de conciliación de los despachos sean en su mayoría solicitadas y concedidas a las abogadas, lo cual, según explica “influye sin duda en su desarrollo profesional y en la oportunidad de alcanzar puestos directivos”.