Parón en la contratación. Las empresas de trabajo temporal (ETT), que siempre actúan como un indicador adelantado de la evolución del mercado laboral, están detectando un estancamiento en los contratos desde el pasado mes de agosto. “Hasta julio teníamos crecimientos importantes, por encima del 12%, pero en agosto ha habido un frenazo, que se ha sostenido en septiembre y en lo que llevamos de octubre”, asegura Manuel Solís, director general de ManpowerGroup.
El presidente de Asempleo, patronal de las empresas de trabajo temporal y las agencias de empleo, Andreu Cruañas, lo constata: “Han empeorado las perspectivas sin ninguna duda. Esperamos caídas en la contratación en el tercer trimestre”.
El descenso de los contratos, indica Santiago Soler, secretario general de Adecco, es del 4%. “Se ha notado en verano y se sigue notando ahora, pues hay contrataciones recurrentes que no se están haciendo”, asegura. De momento, según el directivo de Adecco, la caída no es preocupante. Pero, si continúa, sí lo será porque a lo largo de este mes de octubre es cuando empiezan los trabajos preparatorios para la campaña de Navidad, durante la cual las altas en la Seguridad Social suben entre el 15% y el 25% sobre un mes normal.
Y es que las previsiones económicas se están revisando a la baja. Ha sido un verano en el que el turismo no ha tenido un crecimiento exponencial como venía siendo habitual en los últimos siete años, explica David Díaz, socio responsable del área laboral del bufete Baker & Mckenzie. “Ha cambiado el escenario en España. Se espera menor crecimiento económico y el marco político actual genera incertidumbre en las empresas. No estamos acostumbrados a mandatos cortos, de un año o año y medio”, agrega. A esas variables se suman además las tensiones comerciales internacionales, que están impactando negativamente y no solo al sector exportador.
Las empresas se han vuelto conservadoras en el reclutamiento de personal porque se percibe “calma chicha” en el crecimiento de sus negocios, apoya Francisco Puertas, director del área de Talento de la consultora Accenture. “Es una cuestión de confianza”, sostiene Cruañas. El turismo se ha comportado peor de lo esperado y el consumo de las familias ha caído. Los grandes motores de la contratación hasta este verano habían sido el comercio, el turismo y la distribución logística. Ahora todos ellos se están ralentizando, prosigue. Igual que está ocurriendo con la construcción.