Calviño prevé un avance del 4% del PIB en 2022 aunque sujeto a «incertidumbres»

Calviño prevé un avance del 4% del PIB en 2022 aunque sujeto a «incertidumbres»

La vicepresidenta Nadia Calviño prevé que el PIB crezca en torno al 4% pese a la incertidumbre y asegura que las medidas tomadas, que revisará cada 3 meses, rebajan la inflación un 3,5% y abaratan un 55% el gas. Mantiene el cuadro macro como marco para el Presupuesto y prevé contención del coste de la deuda

"En 2021 España se situó en una senda de fuerte crecimiento, que se mantiene incluso en el contexto actual, de máxima incertidumbre a nivel internacional, debido a la guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas, la inflación, la normalización de la política monetaria a ambos lados del Atlántico y las disrupciones de las cadenas de suministro globales", defendió ayer la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. En su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados para hacer balance de la situación, Calviño se mostró confiada en que la "red de seguridad" desplegada por el Gobierno permitirá mantener un fuerte crecimiento de la actividad, contener el alza de precios y el coste de la deuda pese a la crisis inflacionista y la amenaza de recesión que pende ya sobre la Unión Europea.

"España mantiene un fuerte crecimiento económico a pesar del complejo escenario internacional", expuso la vicepresidenta, aseverando que tanto sus previsiones como la de los principales organismos nacionales e internacionales apuntan a un crecimiento interanual del PIB "en el entorno del 4% para este año y del 2%" en 2023, "la tasa de crecimiento más alta de entre las grandes economías de la UE estos dos años". Calviño subrayó como "muy positivo" el avance intertrimestral del PIB del 1,1% en primavera, que permitió cerrar el semestre con un incremento interanual del 6,3%. "Este fuerte crecimiento que es cuatro veces la media de la OCDE, el doble de la media europea y por encima de las grandes economías del euro", zanjó.

Lo positivo de su diagnóstico fue duramente contestado por varios de los grupos de la oposición, que recordaron que la lectura del Gobierno evita tener en cuenta que la economía española rebota ahora con fuerza tras ser la que más se descalabró durante la pandemia y que España es uno de los tres únicos países comunitarios que no han recuperado aún los niveles de PIB pre-Covid. La portavoz económica del PP, Elvira Rodríguez, subrayó que "el cuadro macroeconómico y el techo de gasto aprobados en julio están ya obsoletos", pues apuntan a un crecimiento del PIB del 4,3% y el 2,7% en 2022 y 2023, respectivamente, que el Ejecutivo comienza a recortar ya al 4% y el 2%, "una rebaja del 30%", pese a que utilizará aquellas cifras para sustentar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado que ultima para 2023.

"Es un cuadro macro con el que estamos cómodos", repuso Calviño, que consideró que, pese a la incertidumbre imperante, ese cuadro "da un marco que nos permite tomar las decisiones adecuadas" y diseñar las cuentas públicas del próximo año.

Es más, la vicepresidenta se mostró convencida de que el país también está preparado para afrontar sin pesares el impacto que tendrá sobre la factura de su abultada deuda el endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE). "Gracias a la gestión responsable del Tesoro, estamos en buena situación para afrontar la normalización de la política monetaria, que llevará a un alza de los tipos de interés de la deuda", adujo. A la espera de la decisión que tome hoy en su reunión el BCE, la vicepresidenta apuntó que espera un mantenimiento del tiempo medio de maduración de la deuda en unos 8 años y que el coste del servicio de la deuda se sitúe ligeramente por encima del 2% del PIB, sin convulsiones en la prima de riesgo gracias a la confianza de los inversores.

"La prioridad en este momento es contener la inflación", defendió la vicepresidenta, admitiendo que el alza de precios que se inició en materias primas y energías como consecuencia de los cuellos de botella de la pandemia se ha visto agravada por la invasión rusa sobre Ucrania y ha acabado calando en el conjunto de la cesta de la compra. Calviño descartó que se estén produciendo los temidos efectos de segunda ronda, que arrojarían una espiral alcista de precios y salarios, y, aunque consideró clave lograr un pacto de moderación de rentas y márgenes empresariales entre los agentes sociales, asumió que "la inflación ha comenzado a moderarse ya en agosto". Entonces, el IPC se rebajó en cuatro décimas, al 10,4%, recortando en seis el diferencial con la zona euro.

Calviño sostuvo, de hecho, que los planes de choque contra el alza de precios impulsados por el Ejecutivo en abril y junio han permitido reducir en 3,5 puntos el alza del IPC, que a su vez se ha visto tensionado al alza especialmente tras el inicio de la guerra y de la decisión de Vladímir Putin de iniciar cortes de suministro energético a Europa.