La mitad de los empresarios españoles cree que la economía irá a peor en 2019

La mitad de los empresarios españoles cree que la economía irá a peor en 2019

El 48% de los empresarios españoles cree que la economía irá a peor en los próximos 12 meses, según el informe Perspectivas España 2019, elaborado por la consultora KPMG y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). En la edición anterior, solo uno de cada 10 directivos se mostraba desconfiado ante la evolución de la economía.

Aun así, los empresarios son positivos sobre el futuro desempeño de sus actividades: el 69% de ellos cree que aumentará su facturación en 2019, frente al 77% de la anterior edición. Este optimismo se refleja en más datos: casi cuatro de cada 10 ejecutivos confían en que podrán aumentar las contrataciones y un 40% espera mantener su plantilla. Aunque un 21% cree que tendrá que llevar a cabo ajustes, frente al 17% del anterior informe.

Los desafíos que se atisban en el panorama internacional y que pueden mermar las actividades de las empresas, tanto españolas como extranjeras, son varios. La OCDE acaba de recortar las perspectivas de crecimiento de la zona euro del 1,8% al 1%, y el BCE las rebajó del 1,7% al 1,1%. A esta ralentización se añaden la incertidumbre política en Italia, el Brexit, el frenazo en las inversiones chinas o el menor crecimiento de Alemania.

En este contexto, ocho de cada 10 empresarios que han participado en el estudio —realizado a partir de más de 1.000 encuestas— señalan que la incertidumbre política será la principal amenaza para la economía española en 2019, porcentaje parecido al estudio precedente, seguida por el frenazo de la Eurozona (un 48%). El 37% menciona el entorno regulatorio y el 33% las tensiones geopolíticas.

Entre los riesgos de carácter empresarial, el que más incertidumbre provoca es el regulatorio, para el 69% de los directivos. En esta lista se cuelan también los riesgos climáticos y medioambientales, que crean preocupación a un 14% de los entrevistados. En cuanto a la situación interna, un 67% de los ejecutivos afirma que el impacto de la situación política en la actividad de su empresa en 2018 ha sido negativo —frente al 53% de la anterior edición—, sobre todo en cuanto a las decisiones de inversión y contratación de personal. Al Gobierno piden mayor simplificación administrativa, educación y formación enfocadas a desarrollar competencias y fomentar la innovación.

Los directivos de las empresas tecnológicas son los más positivos sobre el futuro de la economía y la facturación de sus actividades, mientras los que trabajan en los sectores que más sufren los efectos de la desaceleración económica y el impacto de la digitalización, como la automoción, son los menos optimistas. Varias compañías automovilísticas, como Ford, ya han anunciado reducciones de plantilla, y otras, como Volkswagen, han alertado de los recortes de empleos que supondrá la transición al coche eléctrico.

También en cuanto a inversiones las perspectivas son buenas. Uno de cada dos empresarios prevé aumentarlas, y un 37% mantenerlas al mismo nivel. El foco está puesto en la transformación digital y la mejora de los procesos, que junto con la necesidad de desarrollar nuevos productos y servicios están entre las prioridades estratégicas de los encuestados. El 66% de ellos afirma que sus principales esfuerzos inversores irán dirigidos a las herramientas tecnológicas, en particular sistemas de analítica avanzada de datos y servicios de la nube.

“Los directivos ven con cautela la evolución económica ante las previsiones de desaceleración y las incertidumbres geopolíticas, pero al mismo tiempo mantienen las inversiones en tecnología para acelerar sus procesos de transformación digital”, resume Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España.

El 90% de los empresarios españoles encuestados también asegura que ya iniciado la transformación digital de su negocio y más de la mitad de ellos señala que los resultados están siendo positivos. Los aspectos que más se han visto beneficiados por las mejoras tecnológicas han sido la relación con los clientes, la reducción de costes y los procesos de producción.