Los autónomos cobran 1,7 euros de pensión por cada euro cotizado

Los autónomos cobran 1,7 euros de pensión por cada euro cotizado

Los autónomos reciben de la Seguridad Social entre 1,7 y 2 euros por cada euro que cotizan durante su vida laboral, dependiendo de la base de cotización, según cálculos elaborados por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).

Un autónomo cotiza de media a la Seguridad Social entre 90.000 y 100.000 euros y está una media de entre 400 y 420 meses cotizando, mientras que del sistema recibe entre 160.000 y 170.000 euros de pensión a lo largo de la jubilación, según ha explicado el presidente de la organización Lorenzo Amor. En el Régimen General, por su parte, aunque las cotizaciones son más elevadas, el asalariado por cada euro contribuido obtiene del sistema entre 1,5 y 1,8 euros.

En esta línea, ha puesto de relieve que los autónomos jubilados a los 65 años que cotizaron por la base mínima durante una carrera media de 30 años reciben durante 22 años después de jubilarse cerca de tres veces más de lo aportado al sistema.

Así, según Amor, a los diez años de jubilarse, el sistema ya habría devuelto a estos autónomos todo lo cotizado en su vida laboral y, desde ese momento, obtendrían unos «doce años gratis». Es decir, a partir de los 75 años, todo lo que estos autónomos perciben de la Seguridad Social no está avalado por lo que han cotizado durante su vida laboral.

Con estas declaraciones, Amor ha hecho hincapié en que la sensación generalizada de haber cotizado por encima de lo que posteriormente se recibe por la jubilación no es real, porque «los cálculos dicen todo lo contrario».

«Hablar mal de nuestro sistema de protección social está muy de moda, pero esa no es la realidad», ha apostillado Amor durante la presentación de un informe que compara los sistemas de protección social de los autónomos en Europa.

Este estudio, centrado en el análisis de la Comisión Europea en relación al acceso a la protección social de los trabajadores, asegura que la figura del trabajador por cuenta propia no goza en Europa de los mismos niveles de protección que los asalariados y que las nuevas formas de trabajo dificultan y fragmentan la adquisición de los derechos sociales.